lunes, 9 de diciembre de 2019

RICHARD PÁEZ ENCABEZÓ CLÍNICA DE FÚTBOL PARA 240 JÓVENES DEL LOYOLA SC


Richard Páez conversa con los pequeños

Rafael Lastra Veracierto

El ex seleccionador nacional y creador del concepto de la Vinotinto, Richard Páez Monzón, dirigió una clínica de fútbol, destinada a un total de 240 niños y adolecentes, entre 6 y 17 años de edad, quienes estudian en el colegio San Ignacio de Loyola, ubicado en el municipio Chacao del estado Miranda.
Bajo el auspicio de la Fundación Venezuela Fútbol Historia y la Asociación de Antiguos Alumnos de esta institución (ASIA por sus siglas en latín), la actividad deportiva se realizó en la cancha “Hermano Calvo”, donde también estuvo en funciones de coordinación Jorge Durán, ex preparador físico de la época de Páez.
Acompañaron a Páez y Durán un grupo de exjugadores de la selección nacional y entrenadores del Loyola SC, como Patrick Elie, Edgar Bolívar, Miguel Plam y Luis Alberto Ruíz.
En las distintas estaciones de la clínica, no faltaron algunas niñas interesadas en aprender sobre este deporte y por tanto, compartieron con los varones los trabajos de los porteros, las dinámicas de los pases rasantes y el toque en corto; las tareas de definición ante los guardametas, la coordinación de paredes, las labores en espacios reducidos, la coordinación rápida y de ejecución, así como la sinergia y los sincronismos.

Enamorarse y ponerle corazón
“¿Ustedes saben que Juanpi Añor y Fernando Aristiguieta estudiaron aquí como ustedes y llegaron a la Vinotinto? Ellos lo soñaron, le pusieron corazón, y ahora triunfan en España y México”, comentó Páez a los pequeños, después de culminar la actividad en el engramado.
“Hay que enamorarse del fútbol, sentirlo, para proyectar nuestros mejores objetivos”, prosiguió el adiestrador merideño, mientras resaltaba los logros históricos de Luis Mendoza Benedetto, a quien la crítica deportiva considera el mejor futbolista de todos los tiempos en Venezuela.
Así, fue describiendo los méritos de otros exjugadores de la selección absoluta presentes como Iker Zubizarreta, Bernardo Añor, Daniel Nikolac, Tony Carrasco, Walter Pacifici, José Manuel Rey, Gabriel Miranda, Roberto Cavallo, Jesús “El Niño” Mora; Bernardo Luis Añor y Alaín Baroja, los dos últimos muy solicitados para los autógrafos y selfies con los chicos.

Zubizarreta y Añor, dos Vinotintos emblemáticos
Páez, quien también dirigiera a Millonarios en Colombia, Alianza Lima en Perú y Deportivo Cuenca en Ecuador, elogió al Loyola SC como un laboratorio embrionario de raíces Vinotinto.
“El Loyola representa mucho para el fútbol venezolano y en esta clínica se ha permitido que sus jóvenes conozcan el fútbol sinergésico y cognitivo, que llevarán adelante con el ejemplo de la transformación de la Vinotinto”, aseguró Páez, médico traumatólogo que militara en Estudiantes de Mérida, Deportivo Táchira, Portuguesa FC y la Universidad de Los Andes.
Los actos protocolares del evento estuvieron encabezados por el rector del colegio, padre Jesús María Orbegozo, quien manifestó su satisfacción por la materialización de la clínica de balompié, mediante el liderazgo de Páez, los exvinotintos y los entrenadores del plantel.
Igualmente, asistieron la presidenta del Loyola SC, Isabella Reyna; el presidente de ASIA, Guillermo Ochoa; el presidente y secretario de la Fundación Venezuela Fútbol, Carlos Eduardo Gómez y Luis Vidal Noya, respectivamente, además de padres y representantes de los atletas.

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sábado, 16 de noviembre de 2019

RENÉ IRASQUE: GLORIA DE LA PRIMERA VINOTINTO

Aquella Vinotinto que fue a la Copa Magliore en Haití 
Rafael Lastra Veracierto

Nació en la parroquia San Agustín de Caracas y aprendió a hablar francés desde muy niño. Sus padres, oriundos de la isla de Martinica, le inculcaron el idioma y los valores tradicionales, enmarcados en la pasión inagotable a sus 82 años: el fútbol.
En 1954 formó parte de la primera selección Vinotinto, pues en aquella época Venezuela no tenía un equipo adulto que disputara las eliminatorias al Mundial de mayores.
Con 17 años, René Irasque era el menor del grupo y uno de los delanteros más destacados del primer campeonato suramericano de la edad, organizado en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
“El Negro” Irasque despuntó con sus incursiones al área y sus remates con ambas piernas. “A Brasil casi le complicamos la vida”, evocó desde su casa, en la avenida Constanza de la urbanización Palmar Este en Caraballeda.
Venezuela perdió 0-2 con los amazónicos; 1-3 con Uruguay y venció 2-1 a Perú, lo que le valió el tercer lugar del certamen, puesto que había avanzado a la ronda final por su condición de anfitriona.
“Jugamos sin miedo, pero no se dieron las cosas. Los uruguayos nos cayeron a patadas, pero fue un gran triunfo contra Perú. Por eso, nosotros fuimos los pioneros de la Vinotinto”, insistió.
En los II Juegos Panamericanos de Ciudad de México en 1955, disputó cuatro de los seis partidos. “Ahí había más madurez, teníamos a Orlando Fantoni como técnico y recibí más oportunidades adelante con el juego del Cholito (Alí Tovar)”, recordó.

El francés de los viejos
       Un año más tarde, en la Copa “Presidente Paul Magloire”, a la sazón primer mandatario de Haití, Fantoni le mantuvo la confianza en tres de los cuatro encuentros. En el segundo de estos ante Panamá, marcó un gol.
       No obstante, en el compromiso decisivo frente a los locales, Irasque recibió una infracción alevosa y el juez central lo expulsó. Inmediatamente, se produjo la respuesta airada de la delegación tricolor.
     “Se metieron los militares al campo para amenazarnos con llevarnos presos. Todo lo decían en creole (dialecto de los haitianos) y francés, y como yo había aprendido con mis padres, empecé a responderles para calmarlos”, relató.
       En los VII Centroamericanos y del Caribe de Caracas en 1959, volvió a participar en tres de los cuatro lances oficiales junto al “Cholito” Tovar, Carlos “El Cojito” Rodríguez y un goleador de la talla de José Ángel Vidal Douglas.
       “Vidal Douglas no solo marcaba goles sino que centraba bien con la izquierda. Era rapidísimo”, dijo.
       En el torneo de fútbol de esos juegos, Venezuela, otra vez bajo la égida de Fantoni, obtuvo la medalla de bronce, tras golear 7-0 a Puerto Rico, igualar con Antillas Holandesas (2-2) y Panamá (2-2), y sucumbir contra México 1-3.
     “Fue siempre un honor representar a Venezuela”, sostuvo Irasque, para quien los porteros Luis Volpe, Freddy Brandt y Alfonso Duplait, además del mediocampista Agustín Matson, merecen reconocimientos especiales por sus aportes a la Vinotinto de la época.
      “Había jugadores de calidad que si contaran con el apoyo de ahora, quizás los resultados iban a ser mejores. Te puedo asegurar que Brasil y Uruguay no nos humillaron en esa época”, afirmó el atacante que en 1958 dio el salto a la Liga Mayor con el Deportivo Portugués.

Goleador campeón
     Su llegada al profesional sería de la mano de Fantoni, un entrenador exigente, que ya conocía de sus potencialidades y que un año antes había coronado a la UCV en el primer campeonato de balompié rentado de la historia de este país.
      “Fue el mejor entrenador que tuve, era muy serio, disciplinado y no había guachafita con él. Todo el mundo lo respetaba, porque se sabía que el castigo era no alinear en sus equipos”, señaló.
     Entre 1958 y 1961, devengó un sueldo mensual de 500 bolívares en el Deportivo Portugués, divisa en la que fue campeón liguero y goleador en 1958. Allí coincidió con Volpe y Matson. Y compartió zona de ataque con el brasilero Pita. “A mí me costó llegar al Portugués, pero en esos años marqué unos 20 goles”, comentó.  

Irasque solo jugó en el profesional con el Deportivo Portugués
“En 1962, me vine a jugar al Litoral FC y luego al OSP (Oficina de Servicios Portuarios) de la primera categoría aquí en La Guaira, donde compartí con Solano (José, entrenador costarricense que forjó uno de los más importantes semilleros de la región en El Pavero)”, contó.
       Irasque, quien se formó desde los ocho años de edad en las inferiores del colegio Dos Caminos, también militó en los equipos aficionados Bota de Oro, Guardia Nacional y la Aviación, todos del estado Vargas. En el último de estos, se retiró hace dos años.
       “En todos los equipos marqué muchos goles, siempre como delantero. Desde muchacho, aprendí a patear con las dos piernas y en eso me ayudaron bastante las prácticas que hice en Dos Caminos con uno de los compañeros de equipo, José María ‘El Che’ Ardila”, aseguró al tiempo que revisaba las fotografías de su carrera en el patio de su casa en Caraballeda.
       Paralelo al mundo deportivo, se desempeñó por más de 30 años como gerente de compras de Laboratorios Glaxo Smith Kline. También fue el propietario de la Farmacia Teleférico en Macuto, cuya infraestructura resultó devastada por la crecida del río El Cojo durante las lluvias del 15 y 16 de diciembre de 1999.
       Por estos días, Irasque no se desconecta de las redes sociales y la televisión para informarse del fútbol de hoy, en especial de la selección Vinotinto. “Qué bueno es ese muchacho Faríñez, es un fenómeno, y el goleador Josep Martínez; ellos tendrían que jugar con cualquier entrenador”, afirmó.

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martes, 24 de septiembre de 2019

IVÁN “TIBURÓN” GARCÍA: MAESTRO DEL GOL DE CABEZA

El guaireño, a la izquierda con la casaca de Estudiantes

Rafael Lastra Veracierto

El sofoco de aquella mañana sabatina de 1992 en el campo El Pavero, en Macuto, nunca fue motivo de alarma para los guaireños.
En uno de los uveros, que hoy han desaparecido en nombre del progreso desmemoriado, estaba Iván García Gutiérrez. Sí, el que apodaban “Tiburón” y cuya marca de fábrica eran los goles de cabeza.
Con el bigote desvencijado y la mirada escrutadora, profería arengas a unos párvulos de un equipo local que dirigía en la Liga Nacional de Fútbol Menor: “Vaya Cabrices, no deje que le tomen la espalda, hay que equilibrar al equipo en defensa”, se le escuchó decir con propiedad.
Su semblante era el de un hombre poco presumido, orgulloso de su gentilicio y con la convicción de haber defendido íntegramente los colores de la selección Vinotinto.
Posterior a ese contacto con quien escribe (para el momento estudiante de periodismo en la UCV), se supo de su muerte, ocurrida el 10 de enero de 1993, en un accidente de tránsito en las proximidades de la autopista Caracas-La Guaira.

Tricampeón en Mérida
Desde sus primeros tratos con la pelota en las canchas del Polideportivo “José María Vargas”, la Aviación en Maiquetía, y la de El Pavero, impresionó por su facultad para elevarse dentro del área enemiga y marcar goles de testa.
Así lo hizo el 2 de junio de 1972 en una de sus más célebres anotaciones en el estadio Olímpico de la UCV, donde Venezuela derrotó 2-1 a Colombia, en medio del primer amistoso oficial de una selección mayor de este país frente a una similar extranjera.
“Tiburón” empezó a despuntar en el equipo Loyola y en 1968, con 21 años de edad, debutó en la Liga Mayor con el Litoral FC. Dos años después fue fichado por el Deportivo Italia.
Pero, en Estudiantes de Mérida no solo se convirtió en referencia ofensiva sino que también estuvo involucrado en las dos estrellas de este club: la primera diadema como jugador en 1980 y cinco años más tarde, como entrenador.
Ello sin olvidar que en 1983 se había proclamado DT campeón de la Universidad de Los Andes (ULA). Es decir, fue tres veces monarca en la ciudad de los caballeros.
A Estudiantes llegó en 1971, cuando el cuadro académico iniciaba su camino en la primera división. Estuvo dos años junto a Luis Mendoza, el argentino Juan José Scarpeccio y el uruguayo José Chiazzaro, entre otras figuras. 

García fue figura en las dos estrellas de Estudiantes de Mérida
También militó en Portuguesa FC y Deportivo Lara, antes de regresar en 1979, a la divisa andina. Y como capitán.
Durante la Copa Libertadores de América de 1981, contra los uruguayos Peñarol y Bella Vista, el guaireño alineó en cuatro de los seis partidos de Estudiantes de Mérida.

Insigne y fenómeno
“Era un fenómeno en el salto y la conexión del balón con la cabeza”, recordó Ramón Iriarte, su compañero en la selección nacional desde el Suramericano Sub-20 de Paraguay en 1967.
En esa competencia, el ariete del entonces Departamento Vargas disputó tres partidos y le anularon un tanto frente a Argentina.
Mientras en el Preolímpico de Barranquilla (1968) jugó otros tres encuentros junto a su paisano Carlos “Chiquichagua” Marín, un año más tarde fue el máximo cañonero de la Vinotinto en los X Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe en Panamá, al lograr cuatro goles en las victorias de 5-1 y 5-0 contra República Dominicana y Bahamas, respectivamente.
A partir de la invitación a Venezuela para participar en 1972 en la Copa “150° Aniversario de la Declaración de Independencia de Brasil”, García siempre se mostró dispuesto a cambiar la historia de humillaciones en la máxima categoría.
Pero, en esa ocasión sufrió la amargura del 10-0 ante Yugoslavia en Curitiba y en la Copa América de 1975, revivió la pesadilla con el 11-0 versus Argentina en el Gigante de Arroyito, en Rosario.
Durante el premundial de 1977, estuvo en dos de los cuatro encuentros oficiales, en especial el de debut ante Uruguay en el Brígido Iriarte de Caracas, donde su coterráneo Marín puso a soñar a todo un país cuando materializó el gol del empate a uno.
Ese 9 de febrero de 1977, de auspicios maravillosos, coincidió en la cancha con otro guaireño de alto relieve: Frederick Elie.
En el premundial de 1981, ante el Brasil de Zico, Sócrates, Junior y Toninho Cerezo, tuvo la confianza del técnico Walter “Cata” Roque para estar desde el vamos en el coso de la UCV.
Pero no se podía hacer mucho contra ese adversario. Apenas recibió dos o tres balones para encarar a los “cuasi perfectos” centrales Luisinho y Oscar. Aquello fue una frustración no sólo para García sino para talentosos con la pelota como Scarpeccio y “Pocho” Echenausi.
Luego de la derrota 3-0 con Bolivia en la altura de La Paz, “Tiburón” no escondió el deseo de vengarse en la capital de la República: uno de sus disparos al portero Carlos Jiménez rozó el poste, minutos después de que se produjera la gran celebración por la conquista de Pedro Acosta. Al final, se dio el primer triunfo de Venezuela en clasificatorias a la copa mundial.
Su último partido con la Vinotinto absoluta fue en Goias, donde Brasil zurró 5-0 a nuestro combinado. Sin embargo, los registros estadísticos no reflejarán el susto del DT amazónico, Tele Santana, cuando apenas iniciado el compromiso, “Tiburón” se mandó un cabezazo en el área de Waldir Peres y la esférica se estrelló en el horizontal.
Así, Iván García totalizó 15 presencias oficiales con la Vinotinto, seis de ellas en eliminatorias mundialistas.

Fe en los suyos
En su etapa de adiestrador, asumió las riendas de la selección nacional juvenil en el Suramericano de Paraguay en 1985. Allí confió en la calidad técnica de cuatro promesas de su terruño: Elio Vivarini, Gonzalo Mayora, Ramón Aguilera y Carlos Rojas.
En el Suramericano Sub-20 en Puerto Ordaz, en 1991, tampoco pudo revertir la eliminación tempranera, aunque sí saboreó la victoria de 2-1 sobre Perú, con gol de penal de un fenómeno del Macizo Guayanés: Stalin Rivas.
Posteriormente, García se dedicó a la formación de jóvenes varguenses, con quienes compartió su legado para el progreso de esta disciplina deportiva en Venezuela.

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