Mucha historia en la cancha del Polideportivo Vargas |
(*) Rafael Lastra Veracierto
Tras la reciente apertura de un
procedimiento administrativo en la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), soplan
vientos de cambio en la Asociación del estado Vargas.
El vicepresidente, Santi Zambrano, asumió
las riendas interinamente con el aval de los clubes inscritos ante el organismo
local, y está consciente de que el orgullo del fútbol guaireño puede ser
rescatado escuchando a todos los sectores.
En los últimos 25 años, el balompié de
estas tierras ha retrocedido por la incapacidad gerencial que impide la
organización de las estructuras y por supuesto, el desarrollo de cientos de
jugadores, quienes todavía nacen silvestremente y sin mayor apoyo que el de la
familia, y a veces con la fortuna de un buen entrenador de base.
En este contexto, el fútbol de Vargas se
esclavizó a un espiral de magros resultados, atenazado en su posibilidad de
exportar talentos hacia los principales equipos del fútbol amateur y
profesional en Venezuela.
Ha sido una situación denigrante para una
región que ha aportado grandes jugadores a la selección vinotinto de mayores:
Frederick Ellie (para muchos, el mejor central del país desde 1965 hasta
nuestra época), Carlos “Chiquichagua” Marín, Iván “Tiburón” García, Jonay
Hernández, Robert “Bobbie” Ellie, Douglas “Fósforo” Cedeño, César “Guacharaca” Baena y más
recientemente, Richard “El Avioncito” Blanco y Yangel Herrera.
La mayoría de ellos fueron forjados en
canchas casi siempre abandonadas, pero donde se cimentó el prestigio del jugador
guaireño.
Nos referimos a los rectángulos de la Policía Naval, la Aviación, El Pavero y del Polideportivo José María Vargas, esta última sede actual de Varguenses FC, equipo que participa en la Tercera División.
Nos referimos a los rectángulos de la Policía Naval, la Aviación, El Pavero y del Polideportivo José María Vargas, esta última sede actual de Varguenses FC, equipo que participa en la Tercera División.
Varguenses FC, sin el apoyo de la
dirigencia anterior de la Asociación de Vargas, tuvo que hacer valer su
legalidad y aspiración deportiva ante la FVF. De ahí que su muchachada hoy
pretenda catalizar el movimiento telúrico del cambio, pues, al menos, en su
disposición quedaron atrás las frustraciones de Atlético Vargas, Parroquianos
FC y Pellícano FC en segunda y tercera división, respectivamente.
Silencio cómplice
Asimismo, con el silencio o la omisión en la denuncia, la cancha de El Pavero, en Macuto,
ha sido ocupada desde el año 2012 por maquinarias e insumos de la construcción
del estadio de béisbol de los Tiburones de La Guaira.
No está mal que la obra culmine algún día,
pero sí es reprochable que se haya hecho mutis para reclamar los históricos espacios de
esta disciplina en ese lugar.
En el Pavero destacaron infinidad de jugadores que formaron parte de distintas
selecciones vinotinto, clubes profesionales y aficionados, como Patrick Ellie, Edgar Bolívar, Manuel “Cebolla” Borges, Mario Bolívar, Heatkliff Castillo,
Deiby Rodríguez, "El negro" Yrasque, "Compota" Rojas, Gregory Landaeta, José Pacheco, Miguel
Navarro, Samir Badra, José Luis Cayvet, Ángel Romero y Leibis Pinto.
Y qué decir de la epopeya del renombrado
Central Madeirense, bajo el mando de Manuel Plasencia, a mediados de los años
70 en el Torneo Ibérico: Willie Yrigoyen, César “Revolcao” Granados y Juan
Requena, entre otros.
En el mundillo del balompié nacional,
también se recuerdan las maravillas técnicas de los guaireños que guió “Tiburón”
García como seleccionador de Venezuela en el Suramericano Sub-20 de Paraguay en
1985: Gonzalo Mayora, Elio Vivarini, Ramón Aguilera y Carlos Rojas.
Pero, ahora, los vientos alisios que desde
tiempos inmemoriales han cruzado la bahía El Placer de La Guaira parecieran direccionar
el rescate de aquel orgullo perdido.
No se justifica que el fútbol de estas
tierras siga a la deriva, con sus jugadores al garete y presa fácil de rufianes
vestidos de “agentes de representación”, y lo peor: con el sufrimiento a
cuestas de resultados humillantes en categorías inferiores, aficionado y
profesional.
Varguenses FC busca recuperar el orgullo perdido |
Es el tiempo de las
rectificaciones, la masificación adecuada, la unificación de criterios de
directivos de la Asociación y los equipos, de regularizar la relación jurídica de
todos los clubes con el ente; actualizar los conocimientos de los entrenadores
y los preparadores físicos, preparar mejor a los árbitros, impulsar el
desarrollo del fútbol femenino y de playa; asegurar las plataformas tecnológicas de la
globalización asociadas a las ciencias del deporte, así como cumplir con la normativa
estipulada en Conmebol.
También, esta nueva Asociación debería
tender puentes con las autoridades y el empresariado para apoyar la práctica
del fútbol desde los más chicos, en escuelas, colegios y sobre todo, en las
barriadas, que es donde aparece la mayoría de los distintos, de los que saben
con la pelota, de los que no entregan este deporte al mercantilismo ruin.
Hay mucho por hacer y es verdad que estamos
en una coyuntura terrible desde el punto de vista Republicano. Sin embargo, el
esfuerzo valdrá la pena. El fútbol de aquí se lo merece. Por tanta historia,
por tanta gloria, por tanta calidad. Por no morir embalsamado en salitre.
No en balde, en la retrospectiva histórica,
La Guaira es la cuna de la libertad americana.
rafaelastra@gmail.com
Twitter: @rala1970
(*)
Periodista nacido en Maiquetía, egresado de la Universidad
Central de Venezuela. Reportero de los diarios Meridiano (1993-1997), El
Universal (1998) y El Nacional (1999-2004), además de corresponsal en Venezuela
del diario A Bola de Portugal (1995-1998). Editor de este blog.
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