jueves, 18 de abril de 2019

SINOPSIS DEL SUEÑO VINOTINTO (2)


Aquella pizarra en el Centenario fue una alegría inmensa
Rafael Lastra Veracierto

La selección de fútbol de Venezuela, rebautizada desde principios del Siglo XXI como la Vinotinto, se ha convertido en el estandarte espiritual de un país que sufre una prolongada crisis política, económica y social.
Desde su debut internacional en 1938, en los III Juegos Centroamericanos y del Caribe en Panamá, la selección prefirió el color vinotinto. Más tarde, en el año 2001, al asumir el mando Richard Páez Monzón, ese color no solo aludió al balompié: su onda expansiva sedujo hasta la identidad nacional.

Richard Páez, artífice del boom vinotinto
“La irreverencia por una Venezuela de todos”, se cansó de repetir en entrevistas Páez, médico traumatólogo y mediocampista de Estudiantes, Portuguesa, Táchira y ULA.
El merideño está considerado por la prensa especializada como uno de los mejores de todos los tiempos junto a Alí “Cholito” Tovar, Luis Mendoza, Stalin Rivas y Juan Arango.
Mientras que José Luis Dolgetta ha sido el único criollo máximo goleador de Copa América, en la edición de Ecuador 1993, y Rivas, por su parte, se proclamó en la Copa Libertadores de 1994, cuando militaba en Minerven. Ambos registros continúan vigentes.

La zurda de Arango brilló para Venezuela
Eclosión en el Centenario
A diferencia del resto de Suramérica, donde el fútbol es el principal deporte y pasión, en Venezuela se aprecia una ventaja en el gusto del aficionado por el béisbol, producto de la influencia de las compañías petroleras estadounidenses que se establecieron en el país desde inicios del Siglo XX.
Aún así, el deporte más universal de todos fue practicado en Venezuela antes que el béisbol. El primer juego de fútbol se remonta al 16 de julio de 1876 en las proximidades de la mina Perú, ubicada en El Callao, hoy estado Bolívar. En el match estuvieron directivos y trabajadores de las empresas de Europa, atraídas por la fiebre del oro que alentaba el Ilustre Americano, Antonio Guzmán Blanco.
Tras varias décadas con el prejuicio mediático y popular de que el fútbol era un tema de los portugueses, españoles e italianos, las estadísticas oficiales demuestran que este deporte en Venezuela cuenta con más jugadores federados que el béisbol.
En los últimos dos decenios, el interés creció notablemente, gracias a los resultados positivos de la selección absoluta bajo la dirección técnica de Páez y César Farías.

Farías logró la mejor figuración en Copa América
En este objetivo masificador, ha sido determinante la transmisión televisiva de los partidos. Ya los venezolanos exigen calidad a su equipo y no les anima tanto celebrar los triunfos de otros seleccionados durante los mundiales de fútbol.
Hay que destacar que en la eliminatoria suramericana hacia el Mundial de Suráfrica 2010, Venezuela quedó en el octavo puesto, a dos puntos de intervenir en el repechaje.
En las clasificatorias al Mundial de Alemania 2006, la Vinotinto estuvo en el cénit de las ilusiones al batir 3-0 a Uruguay en el histórico Centenario de Montevideo. Aquello fue una noche inolvidable, mágica, donde se derrotó a la prepotencia de otrora; no obstante no se pudo alcanzar el anhelado pase orbital.
Tampoco se ha ganado la Copa América y en la que se organizó en 2007, hubo un envión hasta el 5º puesto, hito superado cuatro años después en Argentina, con Farías de Timonel y cuando los penaltis impidieron disputar una merecida finalísima contra Uruguay.

A las puertas de la gloria
 En rigor, el logro más relevante en los anales del fútbol venezolano no pertenece a la escuadra de mayores. Fue la selección Sub-20, adiestrada por Rafael Dudamel, la que se adjudicó en 2017 el subcampeonato universal en Corea del Sur.
Inglaterra, con varias promesas de la Premier League, venció apenas 1-0 a la iconoclasta Vinotinto de Wuilker Faríñez.

Faríñez es subcampeón juvenil del mundo
Con su serenidad y atajadas, Faríñez extendió la fama de los arqueros de Venezuela: Miguel “Pez volador” Sanabria, Omar “El Pulpo” Colmenares, Vito Fasano, Vicente Vega, Daniel Nikolac, César “Guacharaca” Baena, Gilberto Angelucci y Dudamel.
Otros performances de la especialidad deportiva son el 6º lugar en las eliminatorias al Mundial de Brasil 2014; el subcampeonato Sub-17 en el suramericano Argentina 2013, así como las dos medallas de oro de los Juegos Centroamericanos y del Caribe en La Habana (Cuba, 1982) y Maracaibo (1998). 

Campeonas suramericanas
Si bien el fútbol femenino no tiene el apoyo logístico y financiero que requiere para su desarrollo, las chicas sí conquistaron el título regional esquivo para los varones.
En 2013 y 2016, en Asunción (Paraguay) y Barquisimeto, respectivamente, la generación de Deyna Castellanos no solo se apropió de la diadema de Conmebol sino que ancló en el cuarto escalón de los sucesivos mundiales de Costa Rica y Jordania.
Sin sólidas estructuras de organización ni una liga nacional de nivel, Venezuela se erigió en potencia local. Incluso, algunas de sus jugadoras más notables, como Castellanos, Gabriela García e Ysaura Viso, emigraron a otras latitudes, donde el fútbol es un asunto de Estado.
Castellanos, en esa ocasión con 15 años de edad, y García fueron las máximas artilleras del Mundial Sub-17 de Costa Rica en 2014.

Deyna y Gabriela comparten bota de oro en Mundial 2014
El milagro de las mujeres obedece al trabajo del técnico panameño, Kenneth Szeremeta, quien recorrió el país en buses y sin otras comodidades que debió proveer la Federación Venezolana de Fútbol. Pero, pudo reunir a las heroínas aclamadas por toda la nación.

Twitter: @rala1970
rafaelastra@gmail.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario