Como hombre de fútbol no me engaño con inicios auspiciosos como los de Alemania y Holanda, ni me deslumbro por el peso histórico de las camisetas de Argentina, Brasil e Italia. El Mundial está en marcha y entiendo que las cosas se irán decantando.
No es como dijo irrespetuosamente Maradona, que Brasil "no sabía atacar" y tampoco es que Holanda o Alemania va a golearlos a todos. Nada más hace un rato, Australia demostró que el fútbol del siglo XXI no responde acépticamente a favoritismos o predicciones mediáticas.
En ese sentido, habrá que ser paciente y por ejemplo, observar hasta dónde llegan las insurgencias de México, Colombia Costa Rica y Francia.
En un Mundial de fútbol, todo es como la vida. No lo olviden.
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